lunes, 21 de diciembre de 2009

Buenos deseos

Parece, y que bueno si es así, que la época navideña despierta en las personas un torbellino de bellas intenciones y nobles pensamientos. En un mundo pésimo donde normalmente reina un hipócrita optimismo, resulta refrescante una época en la que las personas hacen un esfuerzo sincero por mostrarse mejores frente a los demás. Me gusta pensar que esto es así, pero seguramente estoy equivocado. Aun cuando así fuera, la más noble de las voluntades puede causar la peor de las opresiones. La infidelidad de un hombre o una mujer no es un hecho que signifique por sí mismo el ejercicio de esa profesión que algunos señalan como la más antigua de la historia (o, al menos paralela a la caza y la agricultura) y que al parecer comparten las madres de los árbitros de fútbol. Un televisor de alta fidelidad no mejora la calidad de la televisión.

Así, una buena intención no equivale a un buen resultado. En nombre del amor, de la justicia, de la humanidad y otros valores elevados, se han cometido los mayores crímenes e infinitos actos de estupidez.

Pese a esto debo decir ¡que buena época! Se quiera o no, se acepte o no, abrazándolo con emoción o rechazándolo despectivamente, el calendario marca una efemérides que obliga a una pausa. Lo cotidiano es, a lo sumo, ficción. Y es este rompimiento con el tiempo lo que da a esta convención temporal una importancia que, aun cuando ha estado ahí en todo momento, no había develado: La oportunidad de ver la vida con binoculares en todas direcciones(Invito al lector a que lo haga por sí mismo para que me evite la tarea innecesaria de extenderme en explicaciones).

He iniciado este blog sin tener muy en claro cuál debía ser su orientación, lo único claro, como creo haber dicho anteriormente, es que obedece a la búsqueda de un medio que satisfacer este incontrolable afán de comunicar ¿comunicar qué? Pues “algo”. Este ha sido al mismo tiempo mi rémora para hacerlo con continuidad, pues aquí comunicar se hace escribiendo, y lo escrito, dijo Jorge Luis Borges citando a alguno, queda (menciono a Borges porque si un texto con una pretensión más o menos seria no tiene una alusión borgeana o a algún escritor alemán será inevitablemente despreciado).

Dicho esto, van para todos y todas mis más sinceros, nobles, innobles, sublimes y perversos deseos para este 2010. Siempre con la mejor de las intenciones. Y ¿por qué no? Jácara y Camelo, con algo de rigor, hasta que aguante…

1 comentario:

  1. Jàcara,

    La navidad es una buena excusa para tomarse unos chorros de màs!
    Feliz navidad, y pròspera gramàtica!

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